Estallé,
como estalló un encendedor gigante
contra un suelo no tan firme.
Colapsé,
como un río en plena tormenta.
Reventé,
como revienta un globo de helio.
Hoy di vuelta a la cuerda de mi reloj imaginario.
Hoy vuelvo a empezar.
Eugenia.
07 setiembre 2010 - 20:37 hs